En la sensibilidad está el buen gusto y ahí no hay opiniones que valgan.
Se trata de un diseño contemporáneo que aúna placer, confort, elegancia, presencia y en el que la estructura y la forma de los objetos cobran protagonismo por sí mismas para crear ambientes donde se persigue la serenidad, la sobriedad y, sobre todo, el orden visual.
Para un amante de la decoración minimalista, los espacios están llenos de vida pese a la escasez de objetos y a las líneas simples.
Ya sabemos que para gustos, los colores. Y casi podríamos decir lo mismo con relación a los estilos decorativos.
En el diseño de mobiliario minimalista, tanto de interiores como de exteriores, esta tendencia salta a la vista como la máxima expresión de minimalismo en forma de líneas rectas, acabados perfectos, estética depurada, accesorios inexistentes, colores neutros y materiales de calidad otorgando a cada pieza un uso y una función totalmente compatible con la mejor de las comodidades.